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El presidente de la Comunidad de Labradores denuncia las escasas ayudas públicas para mantener las palmeras de los huertos privados y advierte del peligroso avance del Picudo Rojo y la Paysandisia
El Palmeral tiene tres sectores, el Histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad, el que está situado en la vía pública y el que está en el Camp d’Elx. Precisamente, los huertos de las pedanías son los que más riesgo tienen de desaparecer. El presidente de la Comunidad de labradores ha denunciado que el Palmeral del Camp d’Elx está en serio peligro por las plagas y, también, que las escasas ayudas públicas que los agricultores reciben para mantener una palmera, se ha convertido en una carga insostenible.
El Picudo Rojo y la Paysandisia siguen campando a sus anchas por el Palmeral del Camp d’Elx. Estas plagas están controladas en el Palmeral histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad, pero no ocurre así con los huertos privados que existen en las pedanías.
Los agricultores ven, además, cómo la Paysandisia avanza y los insecticidas autorizados para combatirla no son eficaces, según ha señalado el presidente de la Comunidad de Labradores, Pascual Urbán. Denuncia la escasa ayuda que los agricultores reciben para luchar contra estas plagas por parte de las administraciones públicas. Lamenta que el cheque verde que concede el ayuntamiento, siga siendo insuficiente para cubrir los gastos que suponen mantener la palmera a salvo de picudo y paysandisia.
Antes los dátiles servían como alimento de ganado y los restos de poda como carbón para los hornos. Ahora, la palmera ha dejado de ser rentable y sus propietarios la ven como una carga y una amenaza para su economía.
A pesar de esta situación crítica, hay una esperanza puesta en el Instituto Tecnológico de la Palmera.
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