Murciélagos y golondrinas para eliminar los mosquitos en las piscinas municipales

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Localidades leridanas como Bellvís, que ha instalado cajas nido, confían en la propia naturaleza para reducir las picaduras de insectos

El Ayuntamiento de Bellvís quiere murciélagos y golondrinas cerca de su piscina para que se coman los mosquitos que tanto molestan a los usuarios. Cada vez son más los municipios que apuestan por recursos naturales, como las especies insectívoras, para contener la proliferación de insectos en verano y las consiguientes quejas de los usuarios de las instalaciones más vulnerables a plagas, como las áreas de baño.

Para que las aves icono de la primavera y los murciélagos se instalen en la piscina de Bellvís, el consistorio ha colocado nidos en rincones estratégicos. Su efecto aún no podrá notarse este año, porque los han instalado demasiado tarde. Pero el alcalde, Joan Talarn, confía en que los nidos empiecen a ocuparse este invierno y estén llenos el verano que viene.

Nidos para golondrinas

El concejal Carles Arderiu es quien ha seguido de cerca el proceso. “Hemos instalado tres cajas nidos para murciélagos en el parque, tres cerca de la piscina y tres más en un paseo. También hemos colocado tres nidos de golondrina”, explica. Cuenta que ha apostado por la lucha biológica porque los insecticidas solo pueden aplicarlos antes del arranque la temporada de baño. Si se usan durante el verano, se tiene que cerrar varios días la piscina por el riesgo de toxicidad.

El Ayuntamiento ha explicado a los vecinos el funcionamiento de este sistema, ya implantado en otras poblaciones como Cerdanyola o Montblanc. “Con este proyecto buscamos solucionar un problema sanitario a la vez que se obtiene un beneficio ecológico, con la contribución al aumento de las poblaciones de murciélagos y golondrinas”, asegura el concejal.

En la instalación han intervenido la ambientóloga Núria Foguet y el biólogo David César, que además han impartido una charla en la Casa de la Cultura de Bellvís. Los especialistas explicaron que muchas poblaciones están apostando por el uso de controladores biológicos de plagas, sobre todo mediante especies con una alimentación muy especializadas en mosquitos. Por ejemplo los murciélagos, que pueden comer aproximadamente 1.200 mosquitos por noche e individuo; o las golondrinas, que capturan insectos voladores de todo tipo durante el día.

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