Un grupo de investigación de la Universitat Jaume I de Castellón demuestran que la resistencia a plagas y enfermedades no ha sido un aspecto prioritario al seleccionar cultivos
Científicos de los grupos de investigación Metabolic Integration and Cell Signaling (MICS) y Gestión Integrada de Plagas Agrícolas de la Universitat Jaume I de Castellón (UJI), se han lanzado a realizar los trabajos para marcar las líneas que posibiliten la transición desde aspectos más aplicados sobre el tratamiento de esta plaga y el conocimiento de campo «hacia perspectivas más moleculares y respuesta inmune de las plantas» gracias a la colaboración que mantienen ambos grupos de investigación, pertenecientes al Departamento de Ciencias Agrarias y del Medio Natural de la UJI.
Las conclusiones de la revisión bibliográfica liderada por los directores de grupo, el profesor Víctor Flors y el catedrático Josep Jaques, respectivamente, se acaban de publicar en la revista International Journal of Molecular Sciences, según ha informado la UJI en un comunicado.
Una de las razones del avance de la araña roja está relacionado con un modelo de selección de variedades cultivadas -por ejemplo, en cítricos y en tomate- que han priorizado «el aspecto vistoso y atractivo para los consumidores, pero son más vulnerables al ataque de plagas y enfermedades», apunta Flors, profesor de Fisiología Vegetal.Plaguicidas.
Por su parte, el catedrático de Producción Vegetal Josep Jaques añade que la generalización del uso de plaguicidas para solucionar los problemas de plagas y enfermedades «tampoco ha ayudado a que la resistencia a estos enemigos de las plantas haya recibido mayor interés. Por ello, en muchas ocasiones disponemos de cultivos adictos a los plaguicidas». «Esta situación habría que revertirla para que las plantas cultivadas dispongan de un arsenal propio de defensas con que protegerse por sí mismas, produciendo alimentos más saludables, sin tener que renunciar a sus características organolépticas», concluye el especialista en entomología.
En el caso de la araña roja, los científicos de la UJI argumentan que tradicionalmente se ha puesto el foco de atención en la plaga. Sin embargo, dada la complejidad de su gestión, en palabras de los profesores, «son necesarias nuevas herramientas y puntos de vista para llevar a cabo un control integral de plagas, que incluyen tanto el estudio de la araña roja, como la inmunidad de la planta y la atracción mediante compuestos volátiles de posibles enemigos naturales de la araña roja que la eliminen del cultivo de interés».
El objetivo es «poner estos conocimientos a disposición de las empresas para desarrollar tecnologías más amigables con el medio ambiente y más sostenibles»
Ambos grupos de investigación han estudiado conjuntamente los patrones de cítricos resistentes a la plaga de la araña roja con el objetivo de poner este conocimiento «a disposición de las empresas para desarrollar tecnologías más amigables con el medio ambiente y más sostenibles», explican.
La plaga de la araña roja Tetranychus urticae tiene una incidencia mundial en especies vegetales de interés agroalimentario y ornamental.
Estudios recientes ha derivado en la secuenciación del genoma de este ácaro, desarrollada a través del proyecto Genomite.
El trabajo publicado por la UJI en International Journal of Molecular Sciences ha analizado todos los métodos de control biológico teniendo en cuenta dos puntos de vista; en primer lugar, el del propio ácaro, a través de la posibilidad del uso de depredadores naturales de la araña. «De esta manera, evitamos el uso de pesticidas o acaricidas que no son eficaces frente a esta plaga y además pueden ser perjudiciales para el medio ambiente y la biodiversidad», explica la investigadora Victoria Pastor.
En segundo término, se ha abordado la perspectiva de la planta, mediante un adecuado acondicionamiento del sistema inmune, de sus defensas constitutivas e inducibles para defenderse del ataque de la araña roja. «Estas defensas pueden traducirse o en la reducción de la abundancia de la araña o bien en incrementar la tolerancia de la planta al daño mecánico causado por dicho ácaro», agrega Pastor, miembro del grupo MICS.
Las líneas de investigación del grupo de Gestión Integrada de Plagas Agrícolas, dirigido por Josep Jaques, se centran en el estudio de insectos y ácaros de importancia agrícola, su biología, ecología, métodos de muestreo y umbrales, su gestión integrada con especial énfasis en el control biológico, y el análisis de riesgo fitosanitario. Josep Jaques cuenta con 3.155 citas y un índice h de 29 (Scopus). Es experto del panel de sanidad vegetal de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), miembro del Comité Ejecutivo de la Organización Internacional para la Lucha Biológica (IOBC-Global), coordinador de la Comisión de la IOBC para la armonización de agentes de control biológico (CHIBCA) y editor asociado de la revista científica BioControl.
Por su parte, el grupo de investigación Metabolic Integration and Cell Signaling de la UJI está liderado por el profesor Víctor Flors. Sus estudios básicos abordan el sistema inmune de plantas y de las reacciones de defensa inducida frente a patógenos y artrópodos. Además, desarrollan desde hace años técnicas de análisis masivo de metabolitos secundarios que median respuestas de priming o acondicionamiento de los vegetales como un sistema adaptativo de inmunidad innata. Flors cuenta con 4.032 citaciones, más de setenta publicaciones y un índice h de 28 (Scopus). Es revisor de publicaciones científicas como Nature Chemical Biology, Plant Physiology o New Phytologist, entre otros, y coordinador del Grupo de Resistencia Inducida de la International Organisation for Biological and Integrated Control (IOBC), concluye el comunicado de la UJI.