La agricultura y el equilibrio necesario

Agricultura y Equilibrio

Quienes opinen que cuantos menos productos fitosanitarios existan o se apliquen sobre los cultivos que producen las frutas y verduras que cada día nos comemos, es lo mejor y lo deseable, o no saben o no quieren saber por qué opinan así. 

La producción agrícola, se encuentra en estos momentos, en una etapa de máxima tecnificación y cualificación. Sus producciones son las más seguras que podemos consumir, y prueba de ello, es la aceptación que, en los demás países europeos que no son productores, tienen nuestras frutas y hortalizas.

El afán de reducir y minimizar el uso de fitosanitarios, choca frontalmente, con la necesidad de asegurar las producciones que hacen rentable el trabajo de los agricultores y garantizar el suministro de productos que los mercados demandan, evitando importaciones de zonas más lejanas, con más generación de CO2 y mayores gastos añadidos, producidos además, bajo otras normas y otros criterios, no tan exhaustivos como los de la UE.

Siendo aceptable la propuesta de reducir al máximo el uso de fitosanitarios, que nadie piense que sin ellos se podrán mantener productivos la mayor parte de los cultivos, y desde luego, si se mantuvieran, sería con unos niveles de producción muy bajos, lo que conduciría a un incremento en el precio de venta para mantener la viabilidad, o bien, desaparecer como agricultor.

Nadie puede imaginarse un mundo sin medicinas para curar nuestras enfermedades, a pesar de los numerosos y perfectamente cuantificados efectos adversos que pueden tener sobre nuestro organismo. Y, sin embargo, recurrimos a ellas cuando son necesarias para sanar y recuperar la actividad cotidiana lo antes posible.

¿Por qué no pensamos igual cuando de cultivos agrícolas se trata? Ellos también están sometidos a las agresiones de plagas y enfermedades que les atacan, causándoles daños que pueden conducir a producciones muy bajas o nulas, o a la obtención de frutos con defectos que los agricultores no pueden vender.

¿Por qué no estamos dispuestos a aceptar la existencia de medicinas vegetales para curar plagas y enfermedades?, si sabemos perfectamente cómo deben usarse, qué plazos deben guardarse, cómo deben manejarse, en definitiva, para evitar riesgos a los consumidores.

Se plantean como alternativas, el uso de otras herramientas más seguras o con menor riesgo, como son el uso de feromonas, control biológico y otras herramientas tecnológicas que se van poniendo a punto de forma progresiva. Sin embargo, ni existen soluciones de este tipo para todos los problemas fitopatológicos que afectan a los cultivos, ni es fácil que en un plazo corto de tiempo se puedan habilitar.

Como ejemplo de que España es puntera en la búsqueda de estas herramientas, entre otros, podemos citar la realización el 16 y 17 de noviembre, en el Auditorio El Batel de Cartagena, de las V Jornadas Internacionales “Agroferomonas 2022, Control Biológico y otras herramientas tecnológicas para el control de plagas”, organizadas por la empresa Agromarketing.

Nuestros agricultores quieren y deben actualizarse, pero no podemos llevar la situación a extremos sin retorno, para dejar de producir frutas y hortalizas, que habremos de comprar a otros países lejanos, que producen bajo condiciones más tolerantes y menos garantes de la seguridad y la sanidad.