Los métodos de control empleados hasta ahora no han logrado frenar la expansión de la plaga
La llamada Técnica del Insecto Estéril funcionó con la mosca de la fruta
El plan de lucha biológica contra la “Ceratitis capilata” (más conocida como la mosca de la fruta) ha demostrado su eficacia, por lo que se ha extendido el proyecto piloto de lucha contra el mosquito tigre a toda la comunidad valenciana, para luchar contra el mosquito tigre a través de la liberación de machos estériles, que ya ha sido utilizada con éxito en Polinyá de Xúquer.
El pasado mes de abril se inició la suelta de machos estériles de mosquito tigre en Polinyà, dentro de un proyecto que se vale de la Técnica del Insecto Estéril (TIE). Progresivamente, más ejemplares criados en laboratorio tomarán la localidad con el objetivo de que se apareen con hembras para que estas no puedan dar a luz nuevos dípteros.
La empresa pública Tragsa y los ayuntamientos de Polinyà y Albalat y el Consell trabajan de la mano en este proyecto, que se basa en otro que ya tuvo éxito en el pasado, concretamente en el de la mosca de la fruta.
Por ese motivo, el área del gobierno autonómico que se encarga de desarrollar el plan de lucha biológica es la conselleria de Agricultura.
«Se crían los insectos hasta que alcanzan la fase de pupa. En ese momento, se esterilizan a través de un proceso de irradiación», explicaba al inicio de las operaciones el director general de Agricultura, Roger Llanes, que añadió: «Es una técnica que se aplica en otras plagas, como la de la mosca de la fruta».
Cabe recordar que la Bioplanta de Insectos Estériles de Caudete de las Fuentes, con una capacidad de 500 millones de pupas a la semana, es la segunda en el ámbito mundial, solo detrás de una instalación de Guatemala.
Competencia
El procedimiento consiste en inundar el medio donde se quiere desarrollar la técnica, de modo que, por una cuestión simplemente numérica (son muchos más ejemplares) los machos esterilizados tendrán mayor probabilidad de encontrar una hembra que pueda ser fecundada. «Los mosquitos estériles se crían en grandes cantidades hasta que se sueltan en condiciones en que puedan competir con los machos salvajes de cada zona», precisó Llanes.
Esa es una de las complicaciones de esta técnica. Los mosquitos se crían en entornos controlados y protegidos, pero su labor se desarrolla en un espacio que para ellos es desconocido. «Uno de los resultados que pretendemos obtener, además de poder comprobar si se reduce la población del mosquito tigre, es la propia calidad de los machos. Además hay que comprobar si tienen dificultades para competir con los salvajes; en cautividad tienen éxito, pero puede que al soltarlos tengan más dificultades», concedió el director general.
No obstante, se mostró esperanzado ante la posibilidad de que este método dé buenos resultados y se pueda exportar a otras localidades: «Las propias características del mosquito hacen que sea susceptible de tener éxito. Si funciona bien, sería un método que podría utilizarse en toda la Comunitat Valenciana y que tiene como una de sus principales ventajas que no daña a las personas», subrayó.
Perfeccionamiento de la cría
Al respecto, cabe recordar que es la hembra la que pica a los humanos, no el macho. Aunque no es la única característica que hace viable su utilización en otras comarcas. Tanto Llanes como los técnicos destacan que se trata de un método que se puede aplicar de manera muy localizada y que, además de ser inocuo para el ser humano, no genera los problemas que se pueden derivar de la introducción de otros depredadores, ya que lo que se libera son ejemplares de la misma plaga.
«Hemos avanzado mucho en este proyecto piloto y todavía tendremos que pulir algunos detalles que nos permita perfeccionar una técnica adecuada para la cría masiva. Además, al desarrollarse en zonas urbanas, siempre se tendría que tener en cuenta cuáles son los lugares más adecuados para la puesta en libertad», sentenció.